Meditación con gato

Tiger. Foto Petu

Por una larga temporada he conseguido que mi ejercicio físico se aproxime prácticamente a cero. De ser una gran consumidora de casi cualquier tipo de método para mantenerme en forma lo he ido reduciendo cada vez más. En aquella época, en cuanto a ejercicio se refiere, entré en una fase de fatiga grande que me impedía hacer una vida normal y, claro, todas aquellas cosas a las que me entregaba con verdadera pasión fueron siendo descartadas por ser demasiado agotadoras. Cualquier actividad, incluidas las cotidianas, suponía para mí un trabajo monumental. Aunque es obvio que aumentando la actividad física disminuye el cansancio porque te provee de más energía para gastar, te revitaliza y da vigor, yo huía de aquella posibilidad y me colocaba al otro extremo: mi lugar favorito, mi rincón perfecto era el más próximo a mi querido sofá con una esponjosa manta hecha a mano por encima. Así pasé gran parte de mi tiempo viendo pasar los días y las semanas mirando a veces por la ventana, viendo alguna peli o leyendo, aunque esto último fue más adelante. 

  Con todo yo disfrutaba de un bienestar interior, de un oasis de paz que seguiré añorando siempre. Si me preguntaban cómo me encontraba, yo respondía que bien. Si me decían que tenía que animarme yo contestaba extrañada que estaba animada, incluso alegre. Mi estado no era depresivo o triste, todo lo contrario, pero no me impulsaba a la acción sino a la ensoñación. Tenía más que ver con la falta de energía que con la tristeza. 

   Con el paso del tiempo, y fue mucho el que pasó aunque yo no lo noté, fui recuperando fuerzas. Con el buen tiempo, primero al sol y luego en los paseos encontré la llave que me devolvió a mi antiguo estado. Aunque antes ya había hecho algún pinito, en algún momento mi atención se fijó de forma más constante en la meditación. Llevo varios años haciendo yoga y quien diga que es un ejercicio suave le invito a que lo pruebe. De momento tenía que posponer esa cadena de posturas y probar con algo más ligero. La meditación fue algo que compaginaba con el yoga pero al igual que éste, la meditación no formaba aún parte de mi día a día. No encontraba un momento perfecto para que fuera metódico, así que solo de vez en cuando acudía en su ayuda. Recibía grandes compensaciones pero, generalmente, cuando me descuidaba, volvía a prescindir de él.

 Aprovechando que el letargo de ensoñación pareció ceder un poco me pareció el momento idóneo para poder ampliarlo con esta técnica que me gustaba tanto. La hora elegida fue las ocho de la tarde. Pasaba con gran esfuerzo del sillón a la cama para volcarme en una sesión de meditación guiada, aunque tumbada porque no podía mantener la espalda tan recta y erguida como se recomienda. Provista de cascos para profundizar más en las recomendaciones que me daba algún profesional, me olvidaba por unos minutos del mundo y era capaz de dejar mis pensamientos al margen. Con cada sesión se perfecciona la técnica y consigues resultados cada vez más efectivos y placenteros. Con la puerta cerrada y los cascos la inmersión hacia tu interior es total, salvo que la puerta no esté cerrada como tú creías. 

   En medio de la más tranquila de las sesiones, con todas las alertas desconectadas, siento como mi gato salta como un tigre encima de mí dándome un susto de muerte. Jugando con todos los cables desconecta el reproductor y la entrada de los cascos como si haciendo las tres cosas a la vez y en sigilo fuera a recibir un premio. Lo último que mi conciencia oyó fue: estás muy relajado, tu respiración es lenta y profunda y estás haciendo un viaje a tu interior cada vez más hondo, intenso y penetrante. Tuve que interrumpir la ya de por sí paralizada sesión y realizar una nueva desde el principio porque mis nervios habían alcanzado una intensidad mayor que cuando empecé con la práctica. Unos momentos después mi gato había conseguido su mejor postura, justo en la zona de mi estómago. Fue a partir de ese momento cuando pudimos reiniciar la meditación. 

Es un trabajo conjunto como comprendo poco después: el me relaja a mí con su insignificante peso y yo a él con mi respiración. Gato y proyecto yóguico por fin los dos a una con el mismo deseo de pasar unos minutos sin distracciones, en la misma respiración, en parecida posición. En paz.

Petu, 1 mayo 2022

Declaración – Déclaration

Georges Moustaki

Declaro el estado de felicidad permanente 

Y el derecho de todos a todos los privilegios. 

Yo digo que el sufrimiento es un sacrilegio 

cuando hay rosas y pan blanco para todos. 

Impugno la legitimidad de las guerras, 

la justicia que mata y la muerte que castiga, 

las conciencias que duermen en el fondo de sus camas, 

la civilización del brazo de los mercenarios. 

Veo morir este siglo que envejece. 

Un mundo diferente resurgirá de sus cenizas 

Pero ya no basta con esperarlo: lo he esperado demasiado. 

Lo quiero ahora. 

Que mi mujer sea bella cada hora del día 

Sin tener que esconderse bajo el maquillaje 

Y que ya no se diga que posponga 

El deseo que tengo de ella y de hacerle el amor. 

Que nuestros hijos sean hombres, no adultos 

Y que sean lo que alguna vez quisimos ser. 

Que seamos hermanos, camaradas y cómplices 

en lugar de dos generaciones que se insultan. 

Que nuestros padres se emancipen por fin 

Y se tomen el tiempo de acariciar a sus esposas 

Tras toda una vida de sudor y lágrimas 

Y los años de entreguerras que no fueron de paz. 

Declaro el estado de felicidad permanente 

Sin que sean palabras con música, 

Sin esperar a que lleguen tiempos mesiánicos, 

Sin que se vote en ningún parlamento. 

Yo digo que a partir de ahora seremos responsables. 

No rendiremos cuentas a nadie ni a nada 

Y convertiremos el azar en destino, 

Solos a bordo y sin amo y sin dios y sin diablo. 

Y si quieres venir, pasa el puente. 

Hay espacio para todos y para todo 

Pero todavía tenemos un largo camino que recorrer 

Para ver brillar una nueva estrella. 

Declaro el estado de felicidad permanente. 

Georges Moustaki

Versión original

Je déclare l’état de bonheur permanent.

Et le droit de chacun à tous les privilèges.

Je dis que la souffrance est chose sacrilège

Quand il y a pour tous des roses et du pain blanc.

Je conteste la légitimité des guerres,

La justice qui tue et la mort qui punit,

Les consciences qui dorment au fond de leur lit,

La civilisation au bras des mercenaires.

Je regarde mourir ce siècle vieillissant.

Un monde différent renaîtra de ses cendres

Mais il ne suffit plus simplement de l’attendre:

Je l’ai trop attendu. Je le veux à présent.

Que ma femme soit belle à chaque heure du jour

Sans avoir à se dissimuler sous le fard

Et qu’il ne soit plus dit de remettre à plus tard

L’envie que j’ai d’elle et de lui faire l’amour.

Que nos fils soient des hommes, non pas des adultes

Et qu’ils soient ce que nous voulions être jadis.

Que nous soyons frères camarades et complices

Au lieu d’être deux générations qui s’insultent.

Que nos pères puissent enfin s’émanciper

Et qu’ils prennent le temps de caresser leur femme

Après toute une vie de sueur et de larmes

Et des entre-deux-guerres qui n’étaient pas la paix.

Je déclare l’état de bonheur permanent

Sans que ce soit des mots avec de la musique,

Sans attendre que viennent les temps messianiques,

Sans que ce soit voté dans aucun parlement.

Je dis que, désormais, nous serons responsables.

Nous ne rendrons de compte à personne et à rien

Et nous transformerons le hasard en destin,

Seuls à bord et sans maître et sans dieu et sans diable.

Et si tu veux venir, passe la passerelle.

Il y a de la place pour tous et pour chacun

Mais il nous reste à faire encore du chemin

Pour aller voir briller une étoile nouvelle.

Je déclare l’état de bonheur permanent.

Georges Moustaki

One Day – Un día

Matthew Paul Miller, conocido por su nombre hebreo Matisyahu es un cantante de reggae judío.

Pidió a 3.000 musulmanes y judíos (ninguno de los cuales se había conocido antes) que se reunieran en Haifa y aprendieran la canción «One Day» con él en menos de una hora.

No solo eso, también aprendieron a cantar y armonizar la canción en tres idiomas diferentes.

El concierto que se originó en él lleva el espíritu del nuevo tiempo al mundo.

En el espíritu de UNIDAD, AMOR y CONEXIÓN hay un poder increíble.

Llevar este poder JUNTOS al mundo es el nuevo NOSOTROS ❤️

Texto obtenido del canal de Federación Galáctica-Andromeda en Telegram

Enero 2022