Juguete favorito

He sido afortunada con eso de los juguetes. He disfrutado de muchos, de los míos y de los de mis hermanos. No sé muy bien si he tenido juegos favoritos o momentos favoritos en los que jugaba con un montón de cosas que no necesariamente eran juguetes.

Mis juguetes favoritos… creo que fueron aquellos con los que pasaba horas y horas las mañanas de los sábados y domingos de mi infancia. Pero no consigo decidirme por uno solo, ¡imposible! Hay mil, entre ellos una muñeca especial que sale en alguna de mis fotos antiguas, mi primer peluche que aún conservo con todas sus calvas, el cine de juguete que fue todo un descubrimiento, el juego de construcciones de mi hermano.  

¿Puedo incluir las pinturas en esa lista? Nos pasábamos las horas cantando y oyendo cuentos con el tocadiscos, mientras manchábamos y manchábamos hojas de papel y, eventualmente, la sufrida moqueta azul gris que fue testigo de toda mi infancia ya estuviéramos sentados, tumbados, apoyados de lado. Mis recuerdos también giran alrededor de dos viejos puffs de fibra trenzada y piel de vaca en la parte de arriba. Los utilizábamos para rodar sobre ellos pero nunca fueron un verdadero asiento. 

El momento más temido y pesado: recogerlo todo en un gran cajón forrado de aironfix de “terciopelo” verde y adornado con remaches de metal. Un poco antes de eso, y vacío el cajón, también nos metíamos dentro en innumerables ocasiones convirtiéndolo en un barco, no sé si pirata o no. Dentro de casa esos fueron nuestros “trastos.” 

Cuando hacía bueno salíamos al Retiro cargados de bicis, triciclos, patines, cubos y palas pero sobre todo ropa para rebozarnos bien en la tierra. Empocilgados, que decía mi padre, y que nosotros siempre entendimos como hasta arriba de porquería. El mejor regalo de un niño: disfrutar sin tener que preocuparte de las manchas, la ropa y los zapatos. Venir como si lo hicieras de la guerra pero con una sonrisa de oreja a oreja. Insuperable. 

No puedo reducir mi lista a un solo juguete, han sido tantos que es muy difícil hasta hacer una pequeña selección, pero creo que los juguetes en nuestra casa han sido muy disfrutados, muy compartidos y también sacados de su uso habitual en numerosas ocasiones. Hemos exprimido todos y cada uno de los que llegaron a casa fueran para nosotros o para otro de los hermanos. Reciclados, heredados, intercambiados, casi todos muy especiales por eso me resisto a decir uno. Me quedo con los momentos vividos, con esos recuerdos y, como niño glotón, con todos los juguetes que poblaron mi infancia.

Petu, 8 enero 2022

Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.