El árbol

El árbol, Petu 2021

Agredido sí, pero no vencido. Esa es la imagen que da. No hay abatimiento ni rendición. La lucha ha quedado expuesta y ha dejado su huella; pero, el árbol sacudido por el viento y herido, resiste. Es mi favorito, su fuerza le ha hecho cambiar de dirección, pero no ha cambiado de sentido. Apuntar hacia el sur indica que la lucha ha sido intensa y que el ataque ha venido de la mano del Viento del Norte. 

Su copa ondea orgullosa. Su ondulación es horizontal, un movimiento de banderola; azotado, pero no rendido. Es mi árbol, pero también mi símbolo. El poder del ataque hace que te resientas, que todo tu mundo se vea afectado cuando la acometida es enérgica, pero te llevas puesta la enseñanza. Así que no del todo derrotados, oídos todos los mensajes, salimos airosos porque salimos adelante; descolocados, pero con otras herramientas, con otros mimbres. No hemos dejado nuestra visión de lado, la llevamos con nosotros. Retomando nuestras metas, agarramos nuestras propuestas que hasta ahora no habían sido lo suficientemente oídas y, con ellas en los bolsillos, pero con la vista puesta en lo que somos y lo que queremos tiramos hacia delante. Tocados, pero no vencidos.

Los árboles de alrededor orgullosos están de poder compartir espacio con él. Las heridas de guerra generalmente arrancan miradas de admiración y palabras de reconocimiento a nuestro alrededor, pero ya no son consoladoras porque ya hace tiempo que no son necesarias. 

Petu, 2021

El viejo cerebro no puede comprender al nuevo

Pienso que es importante comprender la operación, el funcionamiento, la actividad del viejo cerebro. 

Cuando el cerebro nuevo opera, el viejo cerebro no puede comprender al cerebro nuevo. 

Sólo cuando el viejo cerebro, que es nuestro cerebro condicionado, animal, el cerebro cultivado a lo largo de los siglos, que busca perpetuamente su propia seguridad, su propio bienestar, sólo cuando ese viejo cerebro está quieto, verá usted que hay una clase de movimiento por completo diferente, y este movimiento es el que va a originar claridad. Este movimiento es en sí mismo claridad. 

Para comprender, debemos comprender el viejo cerebro, darnos cuenta de él, conocer todos sus movimientos, sus actividades sus exigencias, sus búsquedas; por eso la meditación es muy importante. No me refiero al sistematizado, absurdo cultivo de cierto hábito de pensamiento y todo eso; es demasiado inmaduro e infantil. 

Por meditación entiendo comprender las operaciones del viejo cerebro, vigilarlo, conocer sus reacciones, sus respuestas, sus tendencias, sus requerimientos, sus búsquedas agresivas; conocer todo eso, tanto la parte consciente como la inconsciente. Cuando usted conoce eso, cuando lo percibe, sin controlarlo ni dirigirlo, sin decir: «Esto es bueno, esto es malo; me quedaré con esto, no me quedaré con aquello»; cuando ve el movimiento total de la mente vieja, cuando lo ve por completo, la mente se aquieta por sí misma.

Jiddu Krishnamurti. 1895-1984