Qué te hace reír — What makes you laugh

Como a todos, cuando estoy de buen humor me hace reír cualquier cosa; nada o casi nada escapa a mi predisposición a echar una gran carcajada. El ingenio, la chispa y la suave ironía me pueden. Mi intención es aproximarme a todo eso a propósito para disfrutarlo, y también lo busco siempre en los demás. La gansada me atrae como un imán al hierro.

Pero ya si oigo la risa cristalina de un niño jugando, disfrutando y contagiándosela a otros, se convierte en el no va más. Pasar por un jardín de infancia, un cole o cualquier parque y sentirte atrapado por esas risas es como escuchar el gorjeo de los pájaros. Te detengas o no, si las has sentido, se quedan unidas a ti un buen rato. Otro sonido que me provoca una sonrisa porque suena a eso, a reírse, es el sonido del agua cuando baja por un riachuelo.  De todo lo que se te puede pegar, esto es de las cosas más agradables con las que puedes encontrarte. El ”regustillo” puede quedarse mucho tiempo y es del rico.

También disfruto cuando se producen coincidencias en la conversación y dos personas repiten al mismo tiempo una frase o cuando estás hablando con alguien y está reproduciendo literalmente tus pensamientos, eso me parece el sumun de la casualidad; si hablas de alguien y te lo encuentras o te llama, o incluso en el mismo día te cuentan algo sobre él, ¿no es lo máximo?

Los chistes tontos, los juegos de palabras y el equívoco son también mi debilidad y por lo mismo me gusta mucho conocer a personas que tienen un agudo sentido del humor. La ocurrencia, la gracia, sacarle punta a todo pero sin despellejar a nadie con ello; la burla por la burla en una situación, sin ir en contra de una persona, porque no se trata de echar leña al fuego. 

La mejor carcajada del mundo la de mi sobrina siendo bebé, por su contundencia y por lo inesperada, en una habitación fuera del alcance de los mayores que estábamos de sobremesa. Una de mis debilidades era jugar con todos, hacerles cucamonas, gestos para provocar sus risas. La que incité en ese momento fue tan inusual que toda la familia acudió corriendo, pensando con horror en qué estaba haciendo para que sonara así en un bebé tan pequeño. Después fui capaz de reproducir ese momento así que, lo que provocó la felicidad de mi sobrina esa vez, no sé si era el ruido de un papel de regalo al estrujarlo o mecerla y a la voz de: un, dos, tres, echarla sobre la cama para que saltara varias veces con el impulso. Ese crujido o quizá el rebote, no puedo asegurarlo, fue lo que encendió su carcajada, que de un soplo provocó la mía, así como la preocupación de todos los demás que, muy alterados, entraron en la habitación en tromba, prohibiéndome de paso que siguiera con aquello. 

Juegos aparte, ya sea sonrisa, risa o carcajada (en cualquiera de sus grados) son herramientas que utilizo como tabla de salvación, como válvula de escape, y funciona; te cambia el talante, la forma de recibir las cosas y el mal humor por una actitud alegre, positiva. He oído que la alegría, el tomarse todo de una manera más liviana y no complicarse tanto la vida libera tensiones y mejora la memoria. Mae West, célebre actriz que triunfó entre los años 20 y 40, conocida por su recalcitrante provocación e ironía, dijo que el sentido del humor es el que ayuda a sobrellevar a los otros cinco. 

Petu, 17 enero 2022